Chavistamente:
Descontentismo 2.0
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Los Estados Unidos, son imperialistas, sionistas y racistas |
Caracas.- 30/11/2018. Noticias Bolívar. Uno de los productos de esta guerra es el
descontentismo. Se entiende que no todo el mundo puede aguantar la pela. Es
normal agotarse, porque lo peor de esta guerra no es lo económico sino lo
psicológico. Lo económico es la palanca para reventarnos la moral, no es
nuestro dinero lo que quieren, quieren nuestra voluntad.
El
10 de enero de 2013, porque todos somos Chávez, nos juramentamos en su nombre,
en el nuestro. Ese día esquivamos con nuestra conciencia colectiva el cañonazo
que el enemigo nos tenía preparado. El recuerdo de ese día me emociona,
inevitablemente, al punto de piel de gallina. “Tú también eres Chávez…” nos
dijo, y lo asumimos, por eso el enemigo que nos imaginó deshechos sin Chávez
supo que lo único que podía hacer era intensificar la guerra que llevábamos ya
13 años derrotando.
El
problema es que la guerra hace estragos y alguien que juró ser Chávez no se
puede rendir y ya. Se vería feo -piensan, sin pensar que simplemente se vería
humano. Entonces, para justificarse ante ellos mismos, y más importante, ante
el mundo -al que le importa un pito- se aferran a la máxima “Maduro no es
Chávez” que la oposición quiso acuñar desde aquel 8 de diciembre pleno como la
luna llena, y para consolarse, pretender revocar la irrevocabe certeza de
Chávez de que Nicolás debía ser el conductor de este barco.
Se
acomodan en la falacia del “Chávez se equivocó” -también sembrada desde el
bando enemigo-, que pretende lavarles las caras a quienes se quiebran, a la vez
que embarran la de Chávez, y disfrazan su rendición con algún un adjetivo que
los pinte más chavistas que todos. Entonces son “chavistas críticos”,
“chavistas originarios”, “de izquierda de toda la vida” y los patéticos
“chavistas pero no maduristas”… Y aplaude J.J Rendón.
Así,
con sus caras tan lavadas, nos dicen con una prepotencia digna de cualquier
Doña de El Cafetal, que Chávez, el hombre más vergatario que ha parido esta
tierra, se equivocó en lo que fue su decisión más pensada, la más crucial de
todas. El hombre que nos levantó, el estratega que nos condujo a todas las
victorias del mundo, simplemente, la cagó al final. Y te lo dicen como si nada,
a la vez que te pintan a un Chávez idílico hecho a la medida de cada uno. Un
Chávez para todos los gustos, pero nunca el Chávez que nos pidió apoyo para
Nicolás.
Insisto,
la gente tiene derecho a agotarse, es normal bajo un ataque tan feroz y sin
tregua, como el que estamos viviendo. Lo
que yo no entiendo es el afán de algunos de sumar descontentismo, tarea a la
que dedican más tiempo que al resto de sus ocupaciones, convirtiéndose en una
especie de Torquemadas tuiteros de que lanzan a sus hogueras de 280 amargos
caracteres a cuanto chavista siga de pie, peleando y contento, por ser herejes
ideológicos… ¡Malditas sean la alegría, la esperanza!
Una
movida sistemática: tuiteros, columnistas y páginas web que no tienen espacio
para una sola línea a favor del gobierno. Se enganchan en campañas efímeras
como si fueran batallas definitivas, épicas, que luego olvidan para engancharse
en una nueva que también olvidarán. Campañas todas dirigidas a salpicar a
Nicolás, a los militares, al cualquiera que sea el enemigo de nuestro enemigo.
Es que ellos sí tienen formación ideológica y no se van a dejar manipular, you
know…
Hace
unos días se quejaban de la basura en Caracas. Mientras ellos tuiteaban, las
comunidades se organizaban y los camiones empezaron a llegar. “¡Qué rabia! Y yo
que tenía un artículo lloroso a medio escribir. No importa, lo termino y lo
ilustro con la foto de una esquina que tomé hace un mes, aunque hoy esté
limpia, nadie lo va a notar”.
Y es
la basura, y es la luz, y son los precios, y es el Petro, y es el cumpleaños de
Nicolás, y es el pernil si no llega -y mudos si llegó-, y es un llanto rabioso
y constante que calla cuando recoge su caja de CLAP, cuando le atienden en el
CDI, cuando sus hijos reciben su morral tricolor. Callan nuestras victorias,
pequeñas y grandes y solo gritan sus quejas sesgadas, la última una tan vil y
tan grotesca que sirve de maravillas al propósito gringo de armar un expediente
de violación de DDHH, tan asquerosa que no la voy a mencionar aquí. Lo arrecho
es que esta y otras llorantinas de lanzan desde los espacios de la revolución.
Una vaina muy loca…
Un
clan de ex funcionarios que ahora sí saben lo que hay que hacer, junto a
funcionarios dedican sus largas y aburridas horas de trabajo a tuitear que en
este gobierno no hace lo que tiene que hacer ¡clic!
Descontentos
que, desde su superioridad moral, nos llaman a entender lo equivocados que
estamos con el mismo tonito de aquel nefasto y guarimbero “hermano chavista, tu
peo es mi peo”. Y como no damos nuestro brazo a torcer, terminan siempre en un
amenazante “a ver a dónde te vas a meter, jalabolas, cómplice de este desastre,
enchufada, tarifada en petros…”. Militantes del descontentismo que nos atacan
para convencernos del error que cometemos quienes seguimos peleando, no vaya a
ser que les terminemos demostrando que Chávez tenía razón.
CAROLA
CHÁVEZ
@tongorocho
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