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Escuela de Comunicaciòn Social de la UCV con un director que no es Comunicador Social |
La Escuela de Comunicaciòn Social en
Manos de Miguel Àngel Latouche
Respuesta de Manuel Artahona
Luego de 50 años de vida en la UCV, me
parece grave que se ignore mi reclamo y que usted diga en su réplica que los
“procedimientos administrativos de incorporación y desincorporación de los
miembros de la comunidad universitaria son transparentes”, pues eso no es
verdad. El profesor Latouche se tomó la atribución de postualar arbitrariamente
el jurado que evaluó mi trabajo de Ascenso, de la misma forma como se decide
desde la dirección la contratación de los profesores que ingresan a la Escuela
prescindiendo de los Reglamentos correspondientes.
Después de más de 50 años de servicio en
la UCV, primero, como parte del personal administrativo, luego, en la nómina
del personal docente, aún no pierdo la capacidad de asombro frente a algunas
situaciones que acontecen en nuestra Casa que Vence las Sombras.
Me refiero, muy especialmente, a esas
personas de nuestra Universidad que tienen una particular manera de juzgar el
mundo y de conducirse sinuosamente frente a la ética, la institucionalidad, la
democracia, y el derecho al disenso.
Qué mueve esta reflexión inicial, pues
un artículo publicado en el Diario Tal Cual Digital, en la Sección Por mi
madre, titulado “¿Persecución en la UCV?”, del pasado 4 de enero y firmado por
el profesor Miguel Angel Latouche. El profesor se queja entre otras cosas de la
falta de ética de quienes se amparan en el anonimato para calumniar a personas
honestas y dañar a la institución que él en este caso representa. Siempre he
creído que la ética no se enseña en las universidades, tampoco son las
instituciones culpables de la falta de ética de algunos de sus funcionarios,
que más bien la ensombrecen en su accionar diario.
Entiendo, que cuando pongo en tela de
juicio la decisión del jurado que procedió a evaluar mi trabajo de Ascenso,
hago uso al derecho a la defensa que me otorga la Ley. Por eso me extraña la
susceptibilidad de algunos docentes cuando en mi recurso legal cuestioné la
competencia, la actuación y la decisión de los miembros del jurado, incluyendo
al mismo Tutor Coordinador designado por el Consejo de Facultad de Humanidades
y Educación.
Repito, aquí no se pone en tela de
juicio a la institución, ni se pretende desprestigiar la honorabilidad de
nadie, sino a los que toman decisiones sin importarles el daño que ocasionan, y
con el único y macabro fin de ganar prebendas personales.
Ahora bien, cuando se hacen denuncias de
lo que se trata es de investigar, con la finalidad de comprobar la veracidad de
los hechos; en cambio, Usted escurre el bulto al intentar darle una clase de
ética y moralidad a los periodistas o estudiantes de la carrera.
Porque si bien es cierto que ampararse
en el anonimato, no siempre ofrece garantías de veracidad, no es menos cierto
que lo grave de la denuncia prende las luces de alarma, y creo que es
lamentable que se desestime cualquier reclamo, pues al hacerlo, aumentan la
especulación y los rumores que tanto daño le hacen a la imagen de la
institución.
Luego de 50 años de vida en la
UCV, me parece grave que se ignore mi reclamo y que usted diga en su
réplica que los “procedimientos administrativos de incorporación y
desincorporación de los miembros de la comunidad universitaria son
transparentes”, pues eso no es verdad. El profesor Latouche se tomó la
atribución de postualar arbitrariamente el jurado que evaluó mi trabajo de
Ascenso, de la misma forma como se decide desde la dirección la contratación de
los profesores que ingresan a la Escuela prescindiendo de los Reglamentos
correspondientes.
Usted pretende distraer a la opinión
pública diciéndole que ha sido agraviado por una versión interesada y que
pretende poner en tela de juicio la institución que usted representa. Se
equivoca, el agraviado soy yo, y más cuando en su réplica usted
intencionalmente elude mi caso, sin referirse a mis derechos, ni tampoco al
proceso que se siguió para obligar a un docente de 15 años a presentar su
ascenso, sin la posibilidad de acogerse al tiempo de permanencia. Lo que pido a
la institución es justicia y reparación de mis derechos.
En la réplica, el profesor Latouche se
muestra sorprendido porque el diario Tal Cual se “hace eco de una situación que
no existe, que no puede ser probada, que no está planteada en la Escuela de
Comunicación Social de la UCV”. No esquive la realidad, no diga que no pasa
nada, pues sí pasan cosas anómalas en nuestra Escuela, y usted lo sabe igual
que yo. Sí hay manejos turbios y abuso de poder, y usted lo sabe igual
que yo.
Sí existen todas las posibilidades de
maniobra y manejos oscuros para quitar del medio a quien molesta, porque su
objetivo no es salvaguardar a la institución, sino permanecer en el poder, y
usted lo sabe igual que yo.
Usted dice que “hay quien pretende
construir su propia versión acerca de los hechos … y que esos le hacen un flaco
favor a la convivencia democrática”. Usted director, tiene su período para el
cual fue electo, más de dos años vencidos. La prueba de que quiere mantenerse
en ese cargo a cualquier costa lo demuestra el hecho de no haber renunciado al
término del plazo reglamentario para someterse a una nueva consulta para un
nuevo período.
Usted sabe igual que yo, que el
argumento de la suspensión de procesos electorales del Tribunal Supremo de
Justicia no aplica al caso de la Escuela. Todos saben que es el Decano quien
designa directores de Escuela e Institutos. Pero desde la primera gestión del
decano Benjamín Sánchez, dicho nombramiento se hace previa consulta a la
comunidad de profesores y estudiantes.
Con usted, la democracia ha retrocedido
y para muestra todos los comentarios y reclamos sin respuestas de los
estudiantes por las redes sociales. ¿Quién le hace un flaco favor a la
convivencia democrática? Si considera que tiene el apoyo de la comunidad ¿por
qué no se somete a consulta?
Lo he dicho muchas veces, y ahora lo
repito, soy un producto universitario, y todo lo que soy, se lo debo a la UCV.
Pertenezco a una generación que durante los años sesenta aprendió a luchar por
la defensa de sus derechos. Ahora me toca emprender de nuevo la lucha contra
quienes de manera cobarde intentan sacarme por la puerta trasera de la UCV y
buscan desprestigiar mi trayectoria ligada a la formación de cientos de
estudiantes de pregrado y del Curso Universitario de Locución en Venezuela. A
mis 70 años, aún tengo mucha fuerza y pienso que queda mucho por hacer.
ManuelArtahona
Profesor de la cátedra de Radio/UCV
Profesor de la cátedra de Radio/UCV
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